Christian Dior Primavera-Verano 2021 | #PFW

Christian Dior Primavera-Verano 2021 | #PFW

Maria Grazia Chiuri quiere que nos curemos. La directora creativa de Christian Dior reflexionó sobre moverse a través de un mundo que lucha contra el COVID-19 y exploró como la moda encaja en nuestra nueva realidad. «Estamos atravesando un período de crisis que está transformando radicalmente comportamientos, hábitos y rituales», afirmó la firma en su nota de prensa. «Nuestros espíritus han cambiado, al igual que nuestras actitudes corporales. El concepto de moda tal como la conocemos ha sido cuestionado».

¡Descubre los looks del verano Christian Dior!

«En un contexto que favorece la imagen, redescubrir el valor de las palabras puede ayudar a la creación, pues la palabra, en su forma gráfica, también es un diseño.» Para Maria Grazia Chiuri, cada colección consiste no sólo en concebir una serie de piezas diseñadas para acomodarse al cuerpo de la mujer que las usa, sino que también implica una reflexión sobre las transformaciones sociales, o una reacción a la actualidad, como la describió Christian Dior en su autobiografía.

Acuñado en cuarentena, los conceptos de #WFH, físico y ropa cómoda resultaron un festín para el ojo pragmático de Maria Grazia Chiuri. El ergonomista más destacado de la alta costura, la diseñadora tras Christian Dior, estaba en la búsqueda de unir lo deseable con lo portátil mucho antes de que comenzara el bloqueo. En el cambiante panorama de la moda de 2020, explicó que su misión se ha intensificado. «Tuvimos que abordar esta colección con una nueva idea de diseño. Vivimos de una manera diferente y nos quedamos más en casa dentro de nuestra intimidad. Nuestra ropa debe reflejar este nuevo estilo de vida».

Y entonces su espectáculo fue una experiencia, no muy diferente a una religiosa. En la catedral de Dior, que en realidad era una carpa montada en el Jardin des Tuileries, Chiuri llenó el escenario con variadas artistas femeninas. No sólo se reinterpretó la escenografía de las vidrieras «Vetrata di poesia visiva» a través de collages fotográficos creados por Lucia Marcucci, sino que la ropa en sí se confeccionó teniendo en cuenta el trabajo de la vanguardia italiana, cortada en forma de suaves bufandas de retazos y tejidos en contraste. Un coro de cámara de mujeres se hizo eco a través del lugar, llenando el espacio con hermosas armonías y ejecuciones vocales doloridas y aterrorizadas, reflejando las luchas que enfrentan las mujeres. Chiuri también señaló que Susan Sontag y Virginia Woolf fueron influyentes en sus diseños.

La colección Christian Dior trataba de un estudio sobre cómo se puede adaptar la silueta a medida de Christian Dior (difícilmente el tipo de atuendo para relajarse y descansar) a una nueva sensibilidad de vestuario cómodo. «Esto está muy lejos del estilo Dior, porque Dior era una casa de alta costura. La idea de la construcción era muy rígida», reconoció Chiuri. «Lo más importante para mí fue darme cuenta de la nueva silueta de Dior: la chaqueta con la camisa y el pantalón. Creo que eso es lo que realmente representa el sentimiento del momento. Cruzo mis dedos.»

Al principio del espectáculo, esa santa trinidad llegó a tales extremos que se adivinaba que estas prendas se habían derivado de la idea del traje Dior. Las chaquetas se transformaron en batas, las camisas alargadas en túnicas y los pantalones se volvieron cada vez más holgados. Chiuri lo cubrió todo con paisleys mediterráneos, mezclándolo con sus vestidos favoritos de «peplum» y sandalias romanas.

«Durante mucho tiempo, hubo un momento en la moda en el que la ropa tenía que dialogar con otras personas, para transmitir tu opinión a otras personas. En este momento, creo que se trata más de una relación personal con nosotros mismos», reflexionó Chiuri. «Quieres cuidarte. Lo siento, así que creo que otras personas también necesitan ese sentimiento».

Aplicó su filosofía a constelaciones menos abstractas de chaqueta-pantalón-camisa hacia el final del desfile en una serie de cuadrados trajes de falda y pantalón que se centraron en definir una silueta de reloj de arena enfatizando suavemente su cintura. No se trataba de constreñir el cuerpo, sino de envolver sus curvas naturales, proponiendo cómo la ropa cómoda podría funcionar en un guardarropa más formal.

Maria Grazia Chiuri se inspira en aquellas mujeres que, a través de sus escritos, iluminan la vida y la emoción: poetas, intelectuales, autoras. Miembros de una academia idealizada. En la intimidad de sus hogares, sus lugares de trabajo, envueltos en infinitas capas de color, como Virginia Woolf, o vestidos con una sencilla camisa blanca, como Susan Sontag.

Uno de los imprescindibles de Maria Grazia Chiuri, la camisa de hombre, se reinventa. A su vez, se convierte en una túnica o un vestido, haciéndose eco del emblemático vestido camisero de Dior, combinado con pantalones o shorts anchos de rayas. También se usa debajo de amplios abrigos en tejidos jaspeados. Patchworks de pañuelos con motivos florales, «paisley» rematados con flecos y telas teñidas con «ikat», se adornaron con piezas de encaje para un romántico efecto collage; complementando una serie de vestidos y pantalones, para abrir horizontes infinitos a la imaginación.

Estos tejidos decididamente fluidos envuelven, sin endurecer, cada cuerpo en una continua alquimia de técnicas y materiales: gasa de seda para vestidos largos en tonos claros, azul mate, profundo ocre y pálido naranja. Gasa adornada con bordados de cuentas. La cintura se acentúa en los «smocking», o caída, para oscilar libremente con la idea de belleza y complejidad marcada simultáneamente por la tradición y por el contexto actual que impregna esta colección. De esta manera, el movimiento encuentra eco en los escritos de Germano Celant, que resuenan hoy más que nunca: «Ha llegado el momento de que la moda descifre sus fuerzas y deseos latentes y se reconozca como una disciplina libre y original.»

Si la ropa de apariencia cómoda no evoca exactamente imágenes del glamour que muchos anhelan después del encierro, Chiuri finalizó su desfile con un poco de volantes que se erigieron como una propuesta algo más seductora. Apenas tocando la piel, esos vestidos estaban completamente en casa dentro de sus principios de liberación corporal. Las siluetas se desprendieron del cuerpo, sin restringir nunca. El espectáculo mostraba a una mujer de ocio lujoso.

Editora/Autora: @Godustyle
Imágenes cortesía de theimpression.com
Composición Godustyle.com